"Nos vamos por la culpa, de esos fusiles,
hoy solo somos cientos, mañana miles."
José María Carrillo "Toma tu tierra"
Consideramos que previamente a las instituciones
supuestamente democráticas, existe un punto de partida mucho más importante que
es el hecho de que haya establecidas unas libertades públicas y unos derechos
civiles que den forma y contenido a la democracia. Una democracia sin
libertades públicas, sin derechos civiles no es democracia, es un sarcasmo en
el mejor de los casos o un régimen autoritario en el peor de ellos.
Hemos asistido en estos últimos años al vaciamiento de
contenido de la democracia a todos los niveles, a recortes en todas las áreas
más sensibles para las capas populares y trabajadoras, en definitiva, a una
devaluación de los derechos económicos y sociales sin precedentes. Pero es que
además nos encontramos con una ofensiva que ataca directamente los derechos
políticos básicos que son finalmente la sustancia primera de cualquier
democracia. Como muestra, la nueva ley de represión política y social que
plantea el gobierno del PP.
Esta sustancia primera de la democracia se comenzó a generar
en este país allá por el año 1956, cuando nosotros, y digo nosotros porque fuimos
los padrinos de aquella decisión histórica, comenzamos a apostar decididamente
por la política de “reconciliación
nacional”, tendiendo la mano a todas las fuerzas antifranquistas del exilio y
del interior y posteriormente agrupando incluso a sectores que habían estado
integrados en el franquismo en los primeros momentos, pero que consideraban que
solo en un sistema de libertades era posible restablecer la convivencia social
que creara la base para el respeto y la convivencia pacífica entre los
españoles.
En un principio solo un grupo de recalcitrantes
reaccionarios fascistas se opuso a la apertura, lo que se conoció como el
“Búnker”, que inicialmente parecía arrinconado por las ansias de libertad del
pueblo español. Sin embargo, en este año de 2013 tenemos que declarar que esa
política está muerta. Mejor dicho, ha sido asesinada por quienes nos gobiernan
actualmente. La ley de represión del gobierno ha sido la puntilla.
Escudándose en el poder omnímodo que creen les otorga la
mayoría absolutista, que no absoluta, se está tratando a la gente como a perros
en vez de ciudadanos, y cuando estos enojados ladran para protestar y defender
sus derechos, se sorprenden y se molestan y proceden a reprimirles con multas,
sanciones, procesos judiciales... ¡Qué no serán capaces de hacer si alguno se
le ocurre empezar a morder!
Pensamos que dado este escenario pre-político que se está implantando
para convertir el estado en un régimen autoritario, de lo primero que hay que
hablar es de si todos y todas podemos hablar y expresar nuestras opiniones
libremente, sin necesidad de ser investigados por “las fuerzas del orden” para
ir a engrosar las “listas negras” con nuestra filiación política y sindical,
que se manejan en el Ministerio del Interior. Nos gustaría ver unos cuerpos
policiales más democráticos, que actuaran con independencia y ecuanimidad, con
autonomía de quién gobierne en cada momento. Pura utopía…
Figurar en las “listas negras” es un honor viniendo de donde
provienen las directrices políticas, de la herencia socio-política, económica y
genética del franquismo. Lo malo es que además es un retroceso que nos hace
pensar en la historia de esta tierra. Las “listas negras” llenaron de presos inocentes el Troncho y las
cárceles, el Beti-Jai, la plaza de toros, Ezkaba, indicando el triste camino que conduce a La
Pedraja, a la Grajera, al puente de Briñas, a la Degollada, al cementerio de
Hormilla, a La Barranca… Si nos quieren ilegalizar y perseguir, díganlo
claramente y háganlo, aunque con la reforma del Código Penal ya están empezando
a dejar claro el país que quieren... El de Millán Astray, mutilado y tuerto. No
somos héroes y mucho menos queremos ser mártires. Sin embargo, ya sobrevivimos
con grandes dosis de heroísmo en la clandestinidad 40 años y aunque muy a
nuestro pesar, estamos seguros de que podríamos volver a hacerlo.
Los excesos policiales que han causado varios muertos en
pocos años (Iñigo Cabacas, Juan Andrés Benítez…etc.), la utilización antirreglamentaria
de material antidisturbios que ha dejado tuertas a varias personas, las
detenciones arbitrarias, las identificaciones masivas y las sanciones
administrativas, el ver cómo había orden de apalear a estudiantes de secundaria
en Valencia que según los mandos eran “el enemigo”, las torturas probadas y
condenadas en los tribunales de los Mossos d´Esquadra en Catalunya que han sido
indultadas por el gobierno del PP, los centenares de años de prisión y multas
millonarias contra las gentes de Andalucía por reclamar pacíficamente “Pan,
Tierra y Libertad”, las decenas de procesados dela PAH por defender el derecho
sagrado a la vivienda como dice la Constitución,
los perseguidos en Asturias por las huelgas mineras, los detenidos y procesados
por participar en la huelga del 14N en la Rioja, en León, en Barcelona, en
Sabadell, contra los estudiantes en Sevilla y Zaragoza, contra los profesores
en Guadalajara y Toledo no hacen nada más que reafirmar la idea de impedir que
nos roben la dignidad.
Pero mientras tanto, que tengan claro que seguiremos
haciendo uso de nuestro derecho a la libre expresión, que seguiremos
ejercitando nuestros derechos políticos individuales y colectivos, que seguiremos
organizando acciones para denunciar su política antisocial y misantrópica, por
dura que sea la represión.
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