miércoles, 1 de noviembre de 2017

Discurso dedicado al compañero Pedro García Rodríguez, de Villamediana de Iregua, fallecido el pasado 26 de octubre

Estas humildes palabras, este sencillo homenaje, al hombre solo, al hijo huérfano y hombre, al esposo y hombre, al agricultor y hombre, al padre y hombre, al fiel militante comunista y hombre… Mil veces mejor sería con Pedro aquí delante, siempre en vanguardia, escuchando atento, puntual y comprometido siempre allá donde nos reuniéramos para hablar de la vida y de la lucha.

Cuando el pasado viernes me enteré de la triste noticia de su fallecimiento: y me pedían que ordenara unas cuantas ideas para mostrar el respeto, el cariño y la más noble camaradería de los hombres y mujeres del Partido Comunista y de Izquierda Unida me pregunté cuál podía ser el homenaje que merecía Pedro. Después de pensar y reflexionar estos días, tengo claro que el mejor homenaje es mantener a Pedro vivo en el recuerdo; sus ideas, su bondad, su sonrisa y su compromiso dando sentido y plenitud a su vida, y a las vidas de miles y miles que lucharon y se entregaron a la noble causa de hacer avanzar a toda la humanidad por la senda de la libertad y la justicia social.

Ahora vemos lo baratas que se venden las medallas de “demócrata”. Hasta tal punto hemos llegado en España que hablar de ser “demócrata y constitucionalista” se ha convertido en un garrote para agredir y estigmatizar a los que queremos cambiar la sociedad por otra más justa, más fraterna y más igualitaria. Pues yo quiero hablaros de otro tiempo, porque tenemos y debemos tener memoria, otro tiempo en que ser demócrata de forma sincera era luchar contra la dictadura, era defender la legitimidad del ordenamiento jurídico, el único legal que representaba esta bandera; y en ese caso para la mayoría ser demócrata era sinónimo de ser comunista. 

Estoy cansado de ver a muchos que en aquel tiempo oscuro ni estaban ni se les esperaba, calumniar a las personas que como Pedro lucharon contra la dictadura, por la democracia, por la memoria y la dignidad de las víctimas del fascismo.

Recuerdo el pasado 10 de septiembre en el homenaje y acto de reparación a las víctimas de la guerra y la dictadura en Villamediana de Iregua. El último día que vi a Pedro. Al terminar el acto me acerqué a saludarle y le dije: “Pedro, cada día te veo más joven”, y levantando los hombros y señalando sus piernas me dijo con mucha ironía: “¡Sí, mucho…!”. Entonces le contesté: “La juventud no está en las piernas, está en las ideas, y en eso eres un chaval”.

Y ahora Pedro, no te decimos adiós, te decimos hasta siempre camarada, hasta siempre compañero Presidente y cada vez que escuchemos este grito sabremos que sigues vivo:

¡VIVA LA REPÚBLICA!


En la Barranca de Lardero, La Rioja, Territorio de la República Española a 1 de noviembre de 2017.

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