miércoles, 13 de abril de 2016

El oro de la III República

Hay ocasiones en que pudiera parecer que quizá escribiendo unas pocas líneas o algunos artículos todos los meses de abril, organizando algún acto republicano, tremolando al viento la bandera tricolor o recitando una estrofa que diga “Republicana es la luna/ republicano es el sol,/ republicano es el aire,/ republicano soy yo.” en un recital de poesía, las gentes republicanas se pudieran dar por satisfechas y con el regusto en la boca que queda cuando la labor está terminada. Pues bien, hay que decir sinceramente que sería un error fatal para la causa que decimos defender. 

La emoción y el sentimiento son inherentes a la condición humana, pero las todas las transformaciones sociales se han conseguido con la voluntad y el compromiso. Recordar es completamente necesario, imprescindible, pero hay que hacer memoria para avanzar, para progresar como colectivo sabiendo de dónde venimos pero teniendo muy claro hacia donde caminamos.

Reivindicar los valores del republicanismo a día de hoy es un planteamiento eminentemente político, de rabiosa actualidad, ya que los numerosos problemas que afectan a la mayoría social de nuestro país se pueden y se deben combatir aplicando programas que entroncan con la mejor de nuestras tradiciones democráticas. 

Los problemas de desigualdad, de injusticia, de corrupción no son nuevos en nuestro país. Son una lacra de rancio abolengo que hunde sus raíces en lo más profundo del solar patrio. Estos problemas solo se pueden combatir convocando al Pueblo a una amplia participación democrática, suprimiendo privilegios y prebendas (no debiera hacer falta recordar Urdangarines y Corinas, Compis Yogui y Panama Papers), con justicia social, con equidad y reparto de la riqueza, con honestidad en la vida pública, con libertad y derechos plenos e iguales para todas las personas. Todo esto solo cabe en un país que está por hacer, que debemos hacer construyendo frases tan bonitas como el artículo 6 de la constitución de 1931: “España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional”, para posteriormente convertirlas en realidades.

Hoy, aquí y ahora, 85 años después aquella emblemática fecha del 14 de abril de 1931 es necesario hacer una reflexión colectiva. Tenemos que ser conscientes que los principios, valores e ideas están más vigentes que nunca, la necesidad de transformación social y de avanzar en derechos que reclama la inmensa mayoría solo se puede encauzar desde la apertura de un proceso constituyente, ampliamente participativo y democrático que conduzca hacia la instauración de la III República donde entre todos podamos construir un nuevo país al servicio de la mayoría social.

Hay una anécdota sobre Julián Besteiro, el que fuera presidente de las Cortes Constituyentes de 1931, que cuenta que durante aquella farsa de juicio al que le sometieron los franquistas le preguntaban insistentemente sobre el paradero del oro del Banco de España, que la República había invertido en “cápsulas del doctor Negrín” (lentejas) y “moscas” (aviones Polikarpov I-16) principalmente. Éste, en un arranque de aguda inteligencia y total sinceridad, pues para algo sirve ser catedrático de lógica formal, les dijo que buscaran en los cementerios, en las cárceles y en el exilio. 

Esta anécdota ilustra magníficamente bien dónde reside la riqueza desde el punto de vista de los valores republicanos. Este domingo pasado, en La Barranca de Lardero, lugar de encuentro, de memoria, de emoción y también de reivindicación, había cientos de lingotes de oro que van a construir con su trabajo y con su esfuerzo, esa III República tan necesaria para los intereses de las clases populares y trabajadoras de nuestro país.

Diego Mendiola García, coordinador de Izquierda Unida de La Rioja

Artículo publicado el 12/4/2016 en la sección de opinión del diario La Rioja.


lunes, 11 de abril de 2016

La Barranca, más completa

El cementerio civil riojano celebra con un emotivo acto que el mapa de los presos ya está en el memorial

Javier Campos/La Rioja
Llevaba días perfectamente montado y anclado en una de las paredes del cementerio civil, pero fue ayer la jornada elegida para su puesta de largo. La Barranca celebraba un emotivo acto para recibir oficialmente el conocido como mapa de los presos, testimonio del uso de la vieja plaza de toros de Logroño como campo de concentración para republicanos entre los años 1937 y 1939. La Manzanera ya desapareció, la pintura mural fue salvada de la piqueta, y más de 13 años después pudo ser rescatada completando hoy el 'memorial'. La Barranca lloró ayer tras la recuperación de otra 'pieza'.

El minuto de silencio por las víctimas del franquismo con que comenzó todo quedó roto sólo por 'vivas' a la república. Presencia de concejales del PSOE y de Cambia en el Ayuntamiento de Logroño, no en vano una moción suya sirvió para llevar hasta allí un mural 'olvidado', secuestrado según la asociación para la preservación de la Memoria Histórica en La Rioja, en el parque de Servicios. Había representación del PSOE, de Podemos, de IU, del PCE, del PCPE, de la CNT y otros sindicatos... «esto sigue siendo la izquierda de todos», llegó a decir Jesús Vicente Aguirre. También había alcaldes como el de Santo Domingo o el de Casalarreina.

El mural, que vuelve a estar completo tras unir las 34 piezas de muro en el que de 'descompuso' para su salvaguarda, fue ayer descubierto por las banderas republicanas que lo cubrían y, desde ese mismo momento, no paró de ser contemplado. Entre la concurrida afluencia se encontraban familiares de algunos de los prisioneros, como el riojano Claudio Barrios y el catalán Francesc Grau. «Mi padre nos habló del mapa», dijo una de las hijas de los últimos presos. Ambas familias fueron reconocidas por La Barranca.

Dedicatorias, poesías y música, por obra y voz de Paco Marín, Amaya, Luis Brox III y David Merino, se fueron sucediendo hasta 'La Internacional' final. «Por mucho que se empeñen nunca la memoria podrá ser sepultada», dijo Carlos Muntión.