miércoles, 8 de marzo de 2017

Un nuevo reventón en la red deja seis horas sin agua a parte de Santo Domingo

La avería se localizó en el tramo procedente de la captación de Patagallina y dejó sin suministro a la zona sur de la ciudad, con efectos en el resto

J.Albo/La Rioja
Santo Domingo de la Calzada sufrió este martes nuevo reventón en la red de agua que privó a parte de la ciudad del suministro durante más de seis horas y dejó sentir sus efectos, en forma de una menor presión en los grifos, en el resto de la población, con especial incidencia en los pisos más altos.

En esta ocasión, la rotura se localizó en la red procedente de la captación de Patagallina, junto a la planta de áridos 'Hormigones Valer', que es la que suministra a la zona sur de Santo Domingo de la Calzada, entre la avenida de Juan Carlos I y la calle Alfonso Peña, aproximadamente.

En torno a las 10.30 horas se rompió un tramo de tubería, que, como buena parte de la red municipal, es muy antigua y se encuentra en un estado deficiente, de ahí las numerosas averías que se producen. Ya estando al frente del Gobierno local la alcaldesa Esther Vargas se pensó en renovar el tramo de red, algo que finalmente no se hizo. Por contra, la rotura se sitúa no muy lejos de la zona que ocupaba la antigua base de acampada, en la que en 1999 se habilitaron, con dinero del Gobierno central, 442 aparcamientos que nunca se han utilizado. Otro ejemplo más de que la renovación de la red de agua nunca ha sido una prioridad, hasta ahora, cuando toda la inacción acumulada da sus frutos en forma de constantes averías y una población hastiada reclama soluciones urgentes.

Dejar envejecer las tuberías como se ha hecho ha llevado a que en la actualidad se pierda por ellas un 60-70% del agua que sale del depósito. Entre esto y una meteorología especialmente seca, el verano pinta muy mal, si nada lo remedia, en lo que al suministro respecta.

Operarios del Servicio de Aguas de Santo Domingo de la Calzada se ocuparon de sustituir la tubería, rota a lo largo de dos metros, entre brida y brida. Su trabajo, difícil la mayoría de las ocasiones, se complicó ayer al situarse la avería a los pies de una enorme montaña de grava. De hecho, en alguna ocasión se vino abajo parte de la piedra, rellenando parte de la zanja abierta, lo que obligó a los operarios a extremar la precaución. Sobre las cinco de la tarde el agua volvía a las casas.


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