Diego Marín Abeytua/La Rioja
Hacía un viento gélido en la calle y ayer, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada, se respiraba la tensión y un cordial nerviosismo en los primeros puntos del orden del día de la sesión ordinaria. No obstante, como público, habían asistido un centenar de calceatenses (muchos de ellos comerciantes) interesados por la prevista aprobación de la ordenanza reguladora del control de accesos al casco histórico de la localidad.Dicha ordenanza ya se había tratado en la comisión municipal del pasado 21 de enero y ayer, si los rumores habían hablado de cierta desunión en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Santo Domingo, esta se convirtió, en palabras del teniente de alcalde David Mena, en «el mayor consenso». Eso sí, antes de debatir la polémica ordenanza, la alcaldía ofreció una enmienda «a sugerencia de vecinos y asociaciones» que modificaba el cuadrante de horarios, el peso máximo de los vehículos autorizados para el tránsito y la cuantía de las multas.
Este hecho sorprendió a la oposición. El concejal socialista Agustín García Metola criticó que «este asunto está verde» y definió el proyecto como «no elaborado». En síntesis, Mena defendió que los cambios de última hora ampliaban a una hora más por la mañana y otra por la tarde la apertura al tráfico del casco antiguo, aumentaba hasta los 3.500 kilos el peso de los vehículos autorizados para la circulación y modificaba las multas a 50 (hasta los 30 Kms/h) y los 100 euros (hasta los 50 kms/h) por exceso de velocidad.
La medida fue aprobada con los votos a favor de los ediles del PP y la ayuda del PR+, mientras que PSOE e IU se abstuvieron. La condición fue que la medida se llevaba adelante en periodo de prueba durante tres meses. «No es un cierre, es una restricción de cuatro horas, de 24 que tiene el día», aclaró David Mena.
El alcalde, Javier Azpeitia, cerró las intervenciones con una reflexión en voz alta: «Creo que es bueno para Santo Domingo, no es un capricho, es una necesidad, un paso decisivo muy sopesado y es nuestra obligación tomar decisiones, aunque a veces no sean muy populares. A lo mejor, hasta tiene un coste político. Ojalá que no». Al final del pleno, José María Fernández, presidente de Acirioja, agradeció los cambios efectuados en la ordenanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario