Es curioso, sorprendente y chocante ver las airadas reacciones de ciertos directivos de "la PSOE" (decimos directivos porque tristemente hace tiempo que dejó de ser partido y se convirtió en empresa). El caso resulta curioso por el hecho de que estén tan indignados en base a una mentira, o mejor dicho, en base a un ocultamiento militante de la verdad que en eso son unos verdaderos maestros. Diremos indignados para ser suaves (la palabra correcta sería rabiosos) porque el pleno de Santo Domingo de la Calzada "ha quitado el sueldo a Agustín", que no al alcalde transitorio y ocasional en esta legislatura (personalismo y presidencialismo bonapartista del bueno, eso de la democracia es un trámite engorroso que hay que pasar par lo importante: MANDAR). La consideran una decisión sucia, traidora y vil por señalar algunos de los bellos epítetos que orlan el vocabulario ex-socialista.
Pues bien, el pleno municipal no tiene competencia para quitar el legítimo salario de jubilación que una persona se ha ganado trabajando, que siempre defenderemos que sea digno y suficiente para todas las personas pensionistas. Para lo que sí tiene competencia es para decidir que una persona jubilada cobre su jubilación, y más cuando esa persona hace mucho tiempo que no cuenta con la confianza de la mayoría del pleno ni la busca tampoco.
Cuando un cargo público llega a esta situación, lo lógico es la renuncia al salario público y pasar a cobrar su pensión de jubilación de forma legítima se ha ganado. Ejemplos en IU tenemos a cientos: Julio Anguita cobra su pensión de profesor, Cayo Lara la suya de agricultor o Gerardo Iglesias la de minero, y siguen realizando actividades y participando en la vida política. Es sorprendente que lo que debiera ser norma tenga tanta repercusión por ser excepción.
Lo que olvidan los directivos del PSOE es que fueron ellos los que reformaron el sistema público de pensiones y pusieron la primera piedra para la gran obra de pérdida de valor adquisitivo realizada luego por el PP. Por favor, no sean cínicos, no se le condena al paro, para esos están sus reformas laborales, ni se deja en la indigencia a nadie, ni tampoco en la casa de misericordia. En la indigencia viven algunas personas a los que la policía desaloja de las calles.
Sin embargo, en esta cuestión como ocurre en casi todas, es que tienen poca credibilidad por no decir ninguna. No hemos visto esa indignación y preocupación desde sus filas cuando se incumple lo acordado desde el minuto uno de la legislatura, o cuando se impone a cargos públicos de su propio partido cobrar por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, o cuando los trabajadores del servicio de limpieza cobran 700 miserables euros, o cuando se contrata por medio año en colaboración con el Gobierno de La Rioja a unas pocas personas por 600 misérrimos euros al mes.
Ayer muy de mañana, los profesionales de la política, los funcionarios de partido salieron en tromba y a toque de corneta utilizando como argumento la columna del señor Álvarez y el apoyo moral inestimable del señor Alacid, dos periodistas regionales que siempre han destacado por sus posiciones favorables a los planteamientos progresistas y de izquierdas. Es la primera vez que se preocupan por el municipio de Santo Domingo de la Calzada en toda la legislatura, para defender como lobos el sueldo del "compañero" y por extensión el propio.
Un socialismo que solo defiende su propia existencia, no es socialismo, es corporativismo reaccionario, puro régimen, pues queda reducido a la defensa de su propia acción política con remuneración, sin otro objetivo. Defender a dirigentes multimillonarios que mantienen la estructura porque ganan elecciones y aportan votos, esperando que nada cambie.
¿Dónde quedó la conciencia de clase?
¿Y la participación colectiva y democrática de las asambleas de base en las decisiones?
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