¡Que el pasado se hunda en la nada!
¡Qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo,
la palabra MUJER.
Lucía Sánchez Saornil
Parece ser que este gobierno tiene la obligación de llevar a
cabo su plan de destrucción del pacto de convivencia y el desmantelamiento por
capítulos de todos los derechos y libertades que ampara la débil democracia
española en una serie de plazos muy ajustados, y de ahí la constante
trituración de todo aquello que haya podido suponer un avance social. No hay
semana en la que no se perpetre un nuevo ataque a los de derechos de tod@s.
En este caso se trata del aborto. Considero, o al menos
interpreto que debe ser un trance tremendamente doloroso para la mujer que pasa
por esta situación y que solo como último recurso la mujer opta por ejercer
este derecho. Sin embargo, las mentes empequeñecidas, pacatas y fanáticas del
integrismo reaccionario lo consideran un crimen, pero en realidad es algo que
quieren utilizar para amedrentar y dominar a las mujeres reduciendo su espacio
de libertad y convirtiéndolas en menores de edad de forma permanente como en el
franquismo.
Si se educa a la juventud desde la idea de que la sexualidad
es algo sano y natural, algo que es necesario desarrollar de forma libre y
responsable para poder llegar a ser individuos integrales, si se explica de
forma abierta lo que supone la sexualidad, el uso y conocimiento de los
anticonceptivos, si se educa para la igualdad y el respeto entre hombre y mujer
para suministrar las herramientas necesarias para gestionar la libertad sexual
y afectiva, el aborto se convertiría en algo que afectaría a casos muy
concretos.
Pues bien, la reacción rechaza toda clase de educación
sexual y no quiere permitir a la mujer ejercer su derecho. Las trabas que se
imponen, la criminalización preventiva contra la mujer hacen retroceder al país
30 años. Son los mismos que subvencionan la educación segregada que solo crea
seres incompletos y psicológicamente inestables, al no haber tenido un
desarrollo afectivo y sexual normal.
Si se consagra esta agresión a la libertad sexual de la
mujer estaremos construyendo una sociedad de seres inacabados. Una sociedad
enferma, ya que una parte de la misma no
podrá conformar su personalidad de forma íntegra al estarle vedado el
desarrollo pleno de su sexualidad. Supeditar la libertad sexual de las mujeres
a los caprichos del hombre es abonar el terreno para la extensión de la
violencia machista, es reducir a la mujer a la condición de productora pobre o
simple reproductora…
La sociedad humana, como colectivo de las voluntades
individuales de todos los seres humanos solo podrá avanzar en base a unas
relaciones sociales, afectivas y sexuales en clave de igualdad, desde el
respeto, la compresión, la libre actuación y la aceptación de mutuo acuerdo de
las mismas.
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