domingo, 22 de diciembre de 2013

Mujeres libres

¡Que el pasado se hunda en la nada!
¡Qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo,
la palabra MUJER.

Lucía Sánchez Saornil

Parece ser que este gobierno tiene la obligación de llevar a cabo su plan de destrucción del pacto de convivencia y el desmantelamiento por capítulos de todos los derechos y libertades que ampara la débil democracia española en una serie de plazos muy ajustados, y de ahí la constante trituración de todo aquello que haya podido suponer un avance social. No hay semana en la que no se perpetre un nuevo ataque a los de derechos de tod@s.

En este caso se trata del aborto. Considero, o al menos interpreto que debe ser un trance tremendamente doloroso para la mujer que pasa por esta situación y que solo como último recurso la mujer opta por ejercer este derecho. Sin embargo, las mentes empequeñecidas, pacatas y fanáticas del integrismo reaccionario lo consideran un crimen, pero en realidad es algo que quieren utilizar para amedrentar y dominar a las mujeres reduciendo su espacio de libertad y convirtiéndolas en menores de edad de forma permanente como en el franquismo.

Si se educa a la juventud desde la idea de que la sexualidad es algo sano y natural, algo que es necesario desarrollar de forma libre y responsable para poder llegar a ser individuos integrales, si se explica de forma abierta lo que supone la sexualidad, el uso y conocimiento de los anticonceptivos, si se educa para la igualdad y el respeto entre hombre y mujer para suministrar las herramientas necesarias para gestionar la libertad sexual y afectiva, el aborto se convertiría en algo que afectaría a casos muy concretos.

Pues bien, la reacción rechaza toda clase de educación sexual y no quiere permitir a la mujer ejercer su derecho. Las trabas que se imponen, la criminalización preventiva contra la mujer hacen retroceder al país 30 años. Son los mismos que subvencionan la educación segregada que solo crea seres incompletos y psicológicamente inestables, al no haber tenido un desarrollo afectivo y sexual normal.

Si se consagra esta agresión a la libertad sexual de la mujer estaremos construyendo una sociedad de seres inacabados. Una sociedad enferma, ya que una parte de la misma no podrá conformar su personalidad de forma íntegra al estarle vedado el desarrollo pleno de su sexualidad. Supeditar la libertad sexual de las mujeres a los caprichos del hombre es abonar el terreno para la extensión de la violencia machista, es reducir a la mujer a la condición de productora pobre o simple reproductora…


La sociedad humana, como colectivo de las voluntades individuales de todos los seres humanos solo podrá avanzar en base a unas relaciones sociales, afectivas y sexuales en clave de igualdad, desde el respeto, la compresión, la libre actuación y la aceptación de mutuo acuerdo de las mismas.


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