El equipo de Gobierno defendió actualizar los impuestos con el IPC en la «difícil situación» del Ayuntamiento.
J.Albo/ La Rioja
El Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada aprobó ayer, con los votos a favor de PP y PR y en contra del PSOE e IU, la modificación de las ordenanzas fiscales para el 2012, que reportará una subida en los impuestos y tasas del 3,1%, en líneas generales, a fin de actualizarlas a la evolución experimentada por el IPC.
«Nos encantaría no tener que actualizar los impuestos sino bajarlos, pero la situación del Ayuntamiento es difícil», argumentó el concejal del PP, David Mena, que cuantificó la deuda «heredada» en 3,4 millones de euros. «Podemos no actualizar los impuestos, en una huida hacia adelante, y quedar bien con todos, pero queremos cambiar esta situación y eso no se hace en dos días», justificó.
La edil regionalista, Montserrat Bañares, también aludió a la necesidad de recaudar, que ilustró, en lo que atañe a su Concejalía (Atención a la Personas), en la posibilidad de «echar una mano a la gente que lo está pasando mal, que cada vez son más». Añadió que «esto no es la ley de la selva, y tenemos que apoyarnos unos a otros», y quitó hierro, cuantitativamente, a la subida. «En un recibo del IBI de 200 euros, va a suponer un euro más al mes», indicó.
El portavoz del Grupo Socialista, Agustín García Metola, argumentó en la actual coyuntura el voto negativo. «En otra situación nos hubiera parecido acertado y necesario, pero estamos en un momento muy delicado social, económica y políticamente, en el que los asalariados vemos bajar nuestros sueldos, los autónomos sus ingresos, los comercios y las industrias sus ventas y su producción, y las listas del paro arrojan todavía cifras que preocupan a toda la sociedad». Ante este «panorama», el edil criticó la «solución» del equipo de Gobierno: «Subir los impuestos sin más y a toda prisa».
Antes, García Metola había censurado al equipo de Gobierno por convocar el pleno a las 10 de la mañana. De su grupo sólo pudieron asistir él y Jesús Ochoa. «¿Desconsideración?, ¿venganza?...», se preguntó. «Quizá estamos ante un nuevo ataque a la participación de los concejales y vecinos en los asuntos públicos de su ciudad», añadió, no sin antes acusar a PP y PR de no querer «luz, taquígrafos ni testigos» y de pretender «hacer desaparecer las voces discrepantes». El alcalde, Javier Azpeitia, le respondió que dentro de los corporativos también hay personas con problemas para acudir a los plenos vespertinos.
El concejal de IU, Diego Mendiola, sustentó su voto en contra de subir los impuestos en que la propuesta «es uniforme, no proporcional ni justa socialmente». El edil, dentro de la «filosofía» de su partido, solicitó al equipo de gobierno un «ejercicio de imaginación fiscal que grave las viviendas vacías, la segunda, tercera vivienda, etc, los solares y locales vacíos, y a la gran propiedad, que es la que realmente tiene el dinero, y no a la clase trabajadora». El alcalde, Javier Azpeitia, le respondió que «tienen los mismos derechos las personas que tienen que las que no» y que, «el que más tiene es el que más paga».
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