Señor Director:
Me dirijo a
usted con la intención de responder y aclarar ciertos aspectos de la carta del
señor Luis Enrique Sobrino del día 7 de enero, que considero equivocada por
partir de premisas erróneas.
Me llama
presunto ingenuo. Tengo muchísimos defectos pero si me conociera, sabría que
ese que me achaca no es uno de ellos.
Aduce que en
mi carta me desentendí, como si quisiera negar la corrupción política. Nada más
lejos de la realidad. Si cité a Antonio Gramsci al definir la política como “la
ética de lo colectivo” fue precisamente porque este gran pensador definía así
la política, como herramienta para combatir la mafia y la corrupción.
Además tildaba
de patética mi supuesta elusión de responsabilidad. Si algo expresaba claramente
en mi carta era la necesidad que tenemos de asumir la responsabilidad individual y colectiva de
participar en la sociedad.
Y por último
definía el sistema democrático como el saqueo de la ciudadanía por parte de
“los políticos”. No seré tan osado, yo califico esta visión de triste. La
antipolítica solo conduce al totalitarismo, que no necesita políticos ni
ciudadanos, solo gerifaltes y matones. Por eso, solo contemplo un camino. El
único camino se llama democracia, y aunque a veces fallen necesita de los
políticos y también de la ciudadanía.
DIEGO MENDIOLA GARCÍA
Nota: El título de la carta es intencionado, ya que es el mismo que el del libro de memorias de Dolores Ibárruri, Pasionaria, y que luego Ana Belén citaba también en esta canción: "¡Qué "El único camino" nos lleve a la Victoria!".
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