El número uno de IU no tuvo reparo alguno en confesar que, «tal y como se expresaron» los representantes de la formación conservadora, encabezada por Javier Azpeitia, «daba la sensación de que tenían garantizada la Alcaldía. Parecía que lo daban por hecho», remarcó al analizar lo sucedido horas antes.
Es un apunte al que, tanto él como sus compañeros, otorgan especial relevancia. Hoy por hoy reconocen carecer de pruebas que permitan apuntalar lo que presentan inicialmente como «sospecha». Pero a la vista del tono en el que se desarrolló la conversación, Izquierda Unida intuye «la existencia de que el Partido Popular cuenta, por acción u omisión, con el apoyo del Partido Riojano» que absteniéndose garantizaría la llegada de Azpeitia al sillón de la Alcaldía al estar refrendado por la lista más votada. «No es más que una interpretación de lo que sucedió. Pero estamos casi convencidos de ello», aseguró el líder de la coalición.
A fin de cuentas, el saldo final de la entrevista se ajustó a «lo previsible» y concluyó sin que el PP llegase siquiera a solicitar el apoyo de Mendiola. Hubo una mutua declaración de «buenas intenciones», una exposición de los proyectos que ambas formaciones políticas consideran clave para el futuro de la ciudad riojalteña y una ratificación de la posición inicial de IU que, a día de hoy, no se siente clave.
Tras la reunión, y tras el análisis que los integrantes de la candidatura liderada por Mendiola hicieron al cierre, menos aún. De ahí que ratifiquen los términos en que fue redactada su nota de prensa la semana pasada y sostengan, abiertamente, que no tendría sentido plantearse la firma de un acuerdo con los socialistas que quedaría condicionado, en última instancia, a la posición de los regionalistas.
«Sólo en el hipotético caso de que PSOE y PR alcanzaran un pacto de gobierno podríamos plantearnos la posibilidad de valorar otras opciones y se valoraría la apertura de negociaciones» aunque la decisión final sería adoptada por los militantes de IU. Puede que en asamblea.
Mientras siguen a la expectativa de los movimientos de otros partidos. PSOE y PR se reunieron, precisamente, ayer. Pero la cita no dejó de ser, en opinión de los propios protagonistas, «una mera toma de contacto».
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