Los comienzos
siempre son difíciles, y por tanto podría comenzar esta tribuna que me brindan
diciendo que la moción de censura, la mini-legislatura del gobierno de Pedro
Sánchez y el haber echado del gobierno al Partido Popular de Mariano Rajoy ha
resuelto todos los problemas a los que se enfrentaba el país, o que la política
aplicada por el PSOE ha cumplido y satisfecho todas nuestras expectativas. Sin
embargo, sería un intento estúpidamente inútil, con el que intentar engañar a
la gente que menos se deja engañar. La gente crítica y razonable, que es esa
inmensa mayoría trabajadora a la que nos dirigimos. El deber cívico de una candidatura
que apuesta por los cambios y la transformación social desde el ámbito de la
izquierda alternativa, es hablar desde el corazón y la cabeza y decir siempre
la verdad a nuestro pueblo, porque la verdad siempre es democrática y revolucionaria,
y la verdad es que la situación actual no es precisamente buena ni sencilla. Pero
haciendo un ejercicio de memoria y poniéndonos a pensar, podemos recordar sin
demasiado esfuerzo que en los últimos tiempos tampoco lo ha sido.
La crisis
económica del sistema capitalista neoliberal ha derivado en una crisis política
y social que amenaza con arrasar derechos y libertades fundamentales que hasta
hace cuatro días nadie se hubiera atrevido a poner en cuestión. Es necesario
hacer un esfuerzo en favor del recuerdo y tener en cuenta que fue el PSOE el
que permitió el Gobierno del PP con aquella abstención de la vergüenza; y que
solo el voto a la confluencia de unidad popular formada por Unidas Podemos-Izquierda
Unida-Equo Verdes de La Rioja es la que puede garantizar que el Partido Socialista
no realice su tradicional política de derechas por enésima vez o lo que es peor,
que la hidra de tres cabezas convierta el parlamento en una ciénaga,
asentándose un bloque reaccionario para hacer retroceder al país décadas
enteras en todos los aspectos de la vida.
En este
momento se abren dos vías, la que transita por la resignación y conduce a las
tinieblas, a esas caliginosas tinieblas en las que se sumergió España hace 80
años. No obstante, ese no es el camino correcto que hay que indicar a nuestro
pueblo. Es necesario transitar por otra vía, que es un camino más difícil. Es
un camino de lucha que permita resistencia hoy para construir alternativa
mañana y poder ofrecer un proyecto de país en color, que realmente solucione
los problemas de la mayoría social trabajadora, los problemas de desempleo y
precariedad, que garantice una sanidad y una educación 100% públicas y de
calidad, una banca pública al servicio del pueblo…etc. Es imprescindible
recordar a Marcelino Camacho cuando nos decía que hay que elegir entre lo
posible y lo necesario, y hay que tener
muy claro que siempre hay que optar por lo necesario, porque aunque sea
lo costoso, lo difícil es lo verdaderamente importante. Frente a la resignación
y la apatía que quieren propagar determinados sectores hay que reivindicar el
optimismo de la voluntad. Sin nosotras y nosotros no hay democracia posible, ni
digna de recibir ese nombre.
Nuestro pueblo
tiene que tener absolutamente claro para este 28 de abril que el apoyo
electoral a Unidas Podemos-Izquierda Unida–Equo en La Rioja y en el conjunto de
España es la única garantía, es el baluarte democrático que impide que el PSOE
se deslice de forma sibilina hacia el “neo-felipismo” de la mano de Ciudadanos
como ciertos sectores del gran capital están preparando y patrocinando; y
también es el jarabe democrático para evitar lo que sería un desastre para
nuestro país, que el bloque reaccionario pretenda hacer lo que ni los
franquistas veían viable, que es el franquismo sin Franco. Frente a la
privatización, frente a los recortes, frente a la reacción, el voto a Unidas
Podemos-Izquierda Unida-Equo en confluencia es el voto de la democracia, la
libertad y los derechos.
Diego
Mendiola García
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