sábado, 12 de abril de 2014

La Junta Republicana convoca una manifestación para hoy desde La Glorieta

Los actos se completan con la tradicional caravana del domingo hasta La Barranca y una comida popular, el lunes, en Fuenmayor

El Correo/R. Aguado
La Junta Republicana de La Rioja ha dejado de ser una organización que se reúne solo en las jornadas previas al 14 de abril para recordar cada año la proclamación de la Segunda República en 1931. En esta ocasión, además de confeccionar una serie de actos que arrancaron ayer en Nájera con la proyección del galardonado documental 'Las maestras...', celebró el jueves una asamblea donde se aprobó un manifiesto en el que, además de la necesidad de un cambio en la forma de Estado, se recogen una serie de reflexiones sobre la repercusión que la crisis económica y el momento político tienen entre la población.

Julio Martínez Flórez, dirigente de la formación republicana, fue el encargado de trasladar a los medios de comunicación la relación de actos, que comenzará esta tarde con una manifestación a las siete de la tarde, que partirá desde La Glorieta y recorrerá Portales, fuente de Murrieta y avenida de Portugal hasta llegar al Espolón. Para el domingo y el lunes, dos actos ya tradicionales: la caravana hasta La Barranca (12 horas, desde el Ayuntamiento) y la 'pochada' popular de Fuenmayor (15 horas).

El manifiesto

«Ya no es suficiente un cambio de gobierno, resulta imprescindible un cambio de sistema. La Constitución actual ya no es eficaz ni creíble; será legal, pero es amoral». En estos términos se expresa el manifiesto firmado por la Junta Republicana de La Rioja para este 14 de abril. Mantiene que «el Gobierno mira para otro lado mientras se anulan los derechos de los ciudadanos y se potencia el desarrollo de la 'caridad' y de la solidaridad no institucional». Habla de la ley de seguridad que pretende «atemorizarnos» y «privarnos de la protección de los jueces para criminalizar cualquier tipo de protesta».

La junta considera que «no hemos cambiado tanto desde el franquismo; se representa el teatro de los Parlamentos pero los poderes fácticos condicionan el presente», con una «monarquía, ilegítima en su origen, cuya ética social y personal es inaceptable». Considera que el modelo político que surgió de la transición «se encuentra en una crisis profunda e irrecuperable», «el Senado solo sirve como jubilación de políticos acabados» y el Congreso es «papel mojado para los ciudadanos». Por todo ello llama a la movilización y a la rebelión democrática «por una nueva República como salida real a la crisis».




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