La carta

Déjame esta madrugada

lavar tu llanto en mi pena,

Virgen de la Macarena,

llamándote camarada.

Rafael Alberti

Desde IU de Santo Domingo consideramos que debemos expresar nuestra opinión sobre la carta dirigida al señor presidente de La Rioja Pedro Sanz, escrita por el señor Tomás Ramírez, párroco de Santo Domingo de la Calzada durante muchos años, íntimamente ligado a nuestra ciudad, que actualmente reside en Arnedo. Dicha carta ha tenido una repercusión que ha generado un impacto tremendo en el ámbito político riojano, cuando lo único escandaloso es que la gente se sorprenda de que una persona defienda la aconfesionalidad del Estado y la separación de las confesiones religiosas del poder político.

Aunque a algunos les pueda parecer contradictorio, IU coincide plenamente con lo expuesto y argumentado en su artículo. Compartimos la idea de que los cargos públicos y las corporaciones  municipales, como representantes exclusivos del poder político no tienen que asistir a actos religiosos, sea de la confesión que sea como tales (pueden hacerlo a título individual) y mucho menos intentar ocupar un puesto y adquirir un protagonismo en dichas celebraciones, que no les corresponde en absoluto. Al igual que si los sacerdotes quieren dedicarse a hacer política, tienen todo el derecho a realizar esa labor en los partidos y organizaciones, pero no desde los púlpitos. No deberían intentar reservarse una autoridad coercitiva sobre el conjunto de la población, cosa que debería haber desaparecido hace mucho tiempo, pues solo es autoridad moral sobre los suyos lo que debieran tener y nada más.

Respetamos la libertad individual de cada uno para profesar la fe que mejor considere. Pero cuando se es una autoridad pública elegida por el conjunto del pueblo, no se puede tomar partido de forma tan parcial por una confesión religiosa concreta, y menos ligar los actos institucionales con los religiosos como suele ser costumbre en muchos pueblos de La Rioja. Por eso, Izquierda Unida manteniendo firmes sus ideas republicanas de laicismo nunca ha participado en ningún evento religioso ni lo hará, por ser actos privados de un grupo social, pero no del conjunto de la ciudadanía. Y mucho menos asistirá a ceremonias donde el poder del Estado (Policía, Guardia Civil, Ayuntamiento, Comunidad Autónoma...etc.) rinde pleitesía y se humilla institucionalmente.

Otra cuestión es el respeto y la colaboración con las confesiones religiosas siempre desde la autonomía, cosa que queda fuera de toda duda y que en numerosas ocasiones se ha puesto de manifiesto, ya que numerosos creyentes colaboran y participan en esta organización y esta organización colabora con cristianos de base.