J. Albo
El voto de calidad del alcalde, Javier Azpeitia, fue decisivo en el pleno del martes, y, además, se empleó a fondo, para deshacer el empate de concejales entre el equipo de Gobierno y la oposición producido por la ausencia de la edil Montserrat Bañares, por motivos familiares.
Con él se rechazaron las alegaciones del Grupo Socialista al reglamento de la Escuela Infantil de Primer Ciclo, y la modificación de la tasa por servicios urbanísticos, además de tres mociones socialistas: una para que «se mantengan los servicios médicos de atención primaria en las zonas rurales de La Rioja eliminados recientemente», otra en la que se proponía al Gobierno de España un proyecto alternativo a la reforma laboral, y una tercera para que no se convoquen plenos ni órganos colegiados en horario laboral. Cayó también otra moción de Izquierda Unida en la que solicitaba la instauración del segundo curso de Intermedio en la extensión calceatense de la Escuela Oficial de Idiomas.
Por otra parte, una vez que se levantó la sesión, varios cazadores de la sociedad local presentes entre el público trasladaron su malestar por la decisión del Ayuntamiento de subir la cuota de adjudicación del coto municipal, de 7.000 a 16.000 euros, como mínimo. El alcalde la justificó en que la asociación «no se quede sin coto, porque, como nos han dicho desde la propia sociedad, van a venir otros ofertando 25.000 o 30.000 euros». Algunos de los asistentes insistieron en saber quién había dicho eso, aunque Azpeitia declinó dar nombres. «Se lo diré en privado», dijo a uno de ellos.
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